A Guarda y A Sangriña son escenarios de los que el Atticgo BM Elche no tiene un buen recuerdo. El equipo franjiverde sólo ha conseguido ganar en dos de sus visitas, mientras que en una tercera sumó un empate. El resto, ocho derrotas de todo tipo. De las ajustadas, (24-23) de la temporada 2020/2021; a las abultadas, (38-21) de la campaña 2016/2017. Registros de todo tipo que evidencian que el conjunto gallego ha sido, y sigue siendo, uno de los equipos representativos de la Liga Guerreras Iberdrola y asaltar su casa es tarea difícil.
La primera visita que realizó el equipo senior femenino del CBM Elche a A Guarda, bajo la denominación Mustang, fue el curso 2012/2013. El Mecalia Atlético Guardés ascendía a la máxima categoría del balonmano femenino nacional, por primera vez en su historia, y las franjiverde cumplieron con la lógica de ser un equipo ya hecho a la élite nacional. El grupo dirigido por José Ignacio Prades se impuso por 20-23 a las pontevedresas. Era el primer triunfo. Un logro que tardaría diez temporadas en volver a repetirse.
No fue hasta el pasado curso, con el 23-24 con el que Joaquín Rocamora estrenó su casillero de victorias, cuando se produjo la segunda alegría franjiverde en tierras gallegas. Entre medias, sólo el empate 24-24 del curso 2019/2020. El conjunto ilicitano ha llegado a encadenar seis derrotas consecutivas en competición liguera en las campañas 2013/2014 (30-25), 2014/2015 (28-21), 2015/2016 (28-19), 2016/2017 (38-21), 2017/2018 (28-23) y 2018/2019 (24-15); que quedaron frenadas con el punto anteriormente citado e el curso 2019/2020. Tras él, dos nuevos tropiezos 24.23 (2020/2021) y 25-21 (2021/2022).
Copa de la Reina y Europa
Las derrotas franjiverdes no sólo se han producido en la competición doméstica. También en la Copa de la Reina y en la EHF European Cup. La primera se produjo por 31-26, minimizada por el dulce sabor de la victoria 34-21 cosechada en Carrús que permitió al equipo de Joaquín Rocamora disputar la fase final del torneo. La segunda no tuvo consuelo. Las ilicitanas caían el pasado curso en seminfinales de la competición europea por 22-18, cuando también habían perdido en la ida en el Esperanza Lag por 22-23, quedándose sin la oportunidad de jugar su primer final continental.
Texto: Jerónimo Tormo / Fotografía: Mecalia BM Atlético Guardés