La vida vuelve a empezar para María Flores. La capitana del Atticgo BM Elche, durante las últimas cuatro temporadas, puso el pasado sábado punto final a su trayectoria como jugadora de balonmano. La castellonense se ha despedido del 40×20, tras trece temporadas en territorio franjiverde, fiel a las señas de identidad con las que empezó a disfrutar de las pistas en su Almassora natal. Garra, lucha, trabajo y constancia. Un decálogo que se ha mantenido intacto y que le ha permitido convertirse en el mejor ejemplo de lo que es el ADN del CBM Elche. Flores ha convertido su figura en el mejor legado para las nuevas generaciones. Desde Carrús y hasta el Esperanza Lag, su esbelta figura, con el 14 a la espalda; van a ser muy difíciles de suplir e imposibles de olvidar.

La castellonense llegó desde Sagunto al CBM Elche para enrolarse en las filas del, por aquel entonces filial, CBM Torrellano, que militaba en una, ahora, extinta División de Honor Plata, segundo escalón del balonmano femenino español; y el resto es historia. No sólo por sus trece temporadas en el primer equipo, con un paréntesis en UCAMB BM Murcia, y sus títulos, los mismos que tiene en sus vitrinas el club franjiverde (Copa de la Reina, Supercopa de España y EHF European Cup). También por su triple condición oficial, que no oficiosa, de mejor defensora de una Liga Guerreras Iberdrola de la que ha sido subcampeona en cuatro ocasiones. El mejor recuerdo que María Flores deja es su mirada. La pasión con la que ha vivido su carrera deportiva y la entrega con la que se ha desempeñado cada entrenamiento y cada partido.

Alrededor de 400 partidos

Han sido 383, y de ellos, 309 los ha jugado en Liga Guerreras Iberdrola, 32 en Copa de la Reina, tres de Supercopa (una española y dos ibérica) y 39 en competición europea, dos en Copa EHF, 29 en EHF European Cup y ocho en EHF European League. Se ha convertido en la jugadora que más veces ha representado a Elche, y al CBM Elche, en el Viejo Continente y, aunque su sello diferencial ha sido la defensa, también ha podido cumplir objetivos a base de goles (550 en todas las competiciones oficiales que ha disputado). Ha sido capaz de reciclarse y caminar de la mano de un equipo que ha pasado de pelear por permanencias a conquistar títulos internacionales. Se ha convertido en la extensión del banquillo en pista y en la referencia de todas aquellas niñas que cuando la miran a pie de pista pidiéndole un autógrafo durante cada final de partido sueñan con ser la María Flores del futuro.

María Flores se ha ganado por derecho propio el cariño de toda la afición de un deporte que, sin tener el reconocimiento mediático que otras disciplinas tienen, sí sabe premiar entre sus seguidores a sus figuras mas relevantes. La capitana ha recibido durante el playoff por el título de la Liga Guerreras Iberdrola el cariño de A Sangriña y el Gasca, dos plazas míticas que con un ramo de flores han recordado todo tipo de hazañas deportivas sobre el 40×20 gallego y vasco. Aficiones entendidas de balonmano que han entendido que la almassorina no ha sido una más en la historia del balonmano femenino español. Todo un pilar para un club como el CBM Elche y para un deporte como el balonmano femenino que se ha aganado el respeto de la gente a base de explotar sus mejores cualidades y su carisma como aval ante las dudas.

Leyenda del CBM Elche

La capitana dice adiós convertida en leyenda del CBM Elche y del deporte ilicitano. El futuro de María Flores pasa por la docencia deportiva. Experiencia paran transmitir no le faltará, tras más de una década educando en valores a toda una generación de jugadoras que han encontrado en la de Almassora un espejo en el que mirarse. Su último partido no pudo tener mejor escenario, un Esperanza Lag entregado en el partido de mayor nivel que pueda ofrecer el balonmano español, toda una final por el título de la Liga Guerreras Iberdrola, y contra el mejor rival que a día de hoy tiene a día de hoy la disciplina, el Super Amara Bera Bera. La victoria fue lo único que se le escapó a una jugadora que no necesita ganar partidos para saber qué es el éxito. El abrazo de sus seres queridos, el manteo de sus compañeras, la foto con los niños que sonríen son la huella más evidente de quién ha sido María Flores para el CBM Elche, el Atticgo BM Elche, el balonmano femenino y la ciudad de Elche.

 

Texto: Jerónimo Tormo / Fotografía: CBM Elche

/* Estilos para menú plegable móvil Divi */ /* JS para menú plegable móvil Divi */